Mornard «El Hombre que Amaba los Perros» asesino de Trotsky

Mornard «El Hombre que Amaba los Perros» asesino de Trotsky

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Jacques Mornard, Ramón Mercader, «El Hombre que Amaba los Perros», el asesino de Trostky

El Hombre que Amaba a los Perros, una novela interesante de Leonardo Padura que entiende la naturaleza humana, con conocimiento de la historia del siglo XX, sobre los dramáticos eventos que condujeron al asesinato de Liev Davidovich (Leon) Trotsky por un agente Soviético con el nombre de Jacques Mornard, en la Ciudad de México, en 1940.

España en los 1930’s

Una guerra está teniendo lugar en España entre dos extremos radicales: los Republicanos de izquierda, incluyendo a los socialistas, respaldados por Stalin, los anarquistas, los union-socialistas, y muchas otras facciones todos divididos entre si, pero todos en contra los Nacionales liderados por Franco y respaldados por Hitler y Mussolini.

La Unión Soviética en los 1930’s

Lenin, el líder de la Revolución de Octubre, murió en 1923. J. Stalin luego instaló un Estado de terror en la Unión Soviética y Trotsky, una figura central de la Revolución de Octubre y uno de los camaradas cercanos de Lenin, fue expulsado de la Unión Soviética por Stalin, en 1929.

Liev Trotsky en el exilio

Después de siete años de exilio, siempre bajo vigilancia y acosado por los agentes de Stalin Trotsky se trasladó de Turquía a Francia y después a Noruega, donde se le solicitó que abandonará el país, cuando Noruega se vio fuertemente presionada por la diplomacia de Stalin. En esos momentos Trotsky demandaba ser tratado decentemente por Francia, Noruega, y los Estados Unidos, donde su solicitud de recibir asilo había sido rechazada.

Trotsky estaba solo, un perseguido político del régimen totalitario soviético de Stalin y considerado enemigo de la revolución de Octubre. El mismo León Trotsky que había sido uno de los líderes de la revolución de Octubre, el que había creado y organizado el Ejercito Rojo, el mismo que había dado la orden de proceder con la ejecución de aquellos que se habían atrevido a desafiar el estado socialista soviético. El que había sido el estratega de la Revolución de Octubre y general del Ejercito Rojo que consideraba aquellas ejecuciones como un daño colateral necesario, el que ahora era víctima del mismo estado que el había ayudado a crear. Los ideales de la Revolución de October—de aquel del primer estado socialista igualitario socialista—se habían transformado en un estado regido por el miedo. El ideal del estado socialista se había convertido en un estado de terror manejado por una burocracia proletaria, liderado por Stalin que estaba imponiendo su propia permanencia por medio del terror. El servicio secreto espiaba a los políticos de alto rango del gobierno soviético y a los funcionarios de la administración. Toda la gente, que no estaba bajo vigilancia, para evitar ser acusados de traición, estaba obligada a denunciar cualquier comportamiento de sus vecinos, compañeros de trabajo o miembros de su familia que pudiera considerarse en contra los principios socialistas. Esta máquina de represión se usaba para atacaba a los enemigos políticos de Stalin que erán acusados de ser anticomunistas y de estar involucrados en conspiraciones contra el estado socialista. Los cuales eran forzados a confesar todos los cargos y finalmente ejecutados o enviados, por cientos de miles, a trabajar en los campos en las regiones nórdicas de la Unión Sovietica.

Sin tener adonde ir, Trotsky fue urgido a viajar a México, donde a el y a su esposa, Natalia Sedova, el Presidente Lazaro Cardenas les había concedido asilo, mediante la intervención del pintor Diego Rivera.

Los Trotsky llegaron al puerto de Tampico en 1937, donde fueron recibidos por amigos, compañeros camaradas comunistas y la pintora Frida Kahlo. Después en el viaje se le unió al grupo Diego Rivera. El grupo luego viajó a la Ciudad de México, usando el carro presidencial del tren. Trotsky y su esposa fueron hospedados en La casa Azul, la casa de Frida Kalho en Coyoacán donde Diego y Frida vivían.

Después de vivir dos años en la Casa Azul, los Trotsky compraron una casa cerca de la casa Azul. Trotsky y Rivera pronto habían dejado de simpatizar. Trotsky piensa que Rivera era un gran exhibicionista y hombre frívolo, Rivera pensaba que Trotsky era egocéntrico sin sentido de la realidad política del mundo. Ademas de estos desencuentros, Trotsky y Frida habían tenido una relación, que terminó pronto después  de que los Trotsky se mudaron a su propia casa. La cual bajo la supervisión la Natalia Sedova, pronto se transformó en una fortificación.

Jacques Mornard, Ramón Mercader, Barcelona 1930’s

En Barcelona, a mediados de los 1930s, un hombre joven, Ramón Mercader del Rio, peleaba en el frente con el ejercito Republicano. Hambriento de gloria, quería defender los principios socialistas de una sociedad justa e igualitaria. Mercader estaba listo para mostrarle a su madre Caridad del Rio y también a su novia África de las Heras, su valor y determinación para pelear por la causa del comunismo internacional.

Caridad del Rio era una fanática seguidora de Stalin, que también peleába con los Republicanos. Ella misma era un agente secreto soviético, amante de Kotov agente soviético en Barcelona, que después se convertiría en mentor, tutor y agente de respaldo de Mercader en su misión secreta en México. África de las Heras, la novia de Mercader, Republicana, agente soviético y fanática de la causa comunista internacional, que no tenía tiempo para el amor y que consideraba a Ramón un hombre débil.

Ramón Mercader era de buen aspecto, hablaba varios idiomas y le gustaban las buenas cosas de la vida, pero el imsistía en tener un papel mas importante en los eventos históricos que estaban ocurriendo en el mundo en esos momentos. Finalmente, Mercader fue reclutado, trabajaría para el servicio secreto soviético en España.

Mercader se convirtió en un espía competente en Barcelona y fue seleccionado como prospecto para matar a Trotsky en México bajo el nombre de Jacques Mornard. Ramón Mercader odiaba a Trotsky y lo consideraba un traidor a la Revolución de Octubre, lo cual fué una consideración importante para ser escogido por el servicio secreto soviético.

La operación «pato» de J. Stalin

Durante aquellos años Trotsky todavía era considerado por muchos como la figura líder del comunismo internacional, pero también se había convertido en el enemigo político mas peligroso de Stalin. La guerra en Europa estaba cerca y Stalin hablaba públicamente de Trotsky como un traidor que estába hablando con los Nazis. Por otro lado Trotsky predecía en sus escritos que Stalin firmaría un acuerdo con Hitler antes de que la guerra terminara, que fue lo que Stalin de hizo en 1939, previendo que el ejercito Nazi atacara la Unión Soviética antes de que su propio ejercito estuviera listo. La firma de dicho acuerdo causó mucha confusión para el comunismo internacional.

Una bien planeada y muy secreta operación llamada operación “pato” que le reportaba directamente a Stalin era un plan para matar a Trotsky, que había sido nombrado en Moscú “el revisionista” y “el enemigo del comunismo internacional.” Stalin estaba listo para vengarse de Trotsky, que alguna vez lo llamó “el sepulturero de la Revolución de Octubre.”

Coyoacán, Ciudad de México

Esperando que la orden llegara de Moscú, Mercader había estado viviendo en la Ciudad de México algunos meses con su novia Americana, Sylvia Ageloff, como un supuesto desertor de Bélgica, que trabajaba en importaciones y exportaciones. Sin embargo el no sabía de una operación paralela coordinada por agentes soviéticos en México para matar al “pato,” la cual llevada a cabo por camaradas locales Mexicanos, liderados por el pintor David A. Siqueiros. La operación sin embargo fallo.

Unos meses después Mornard , después de tres años de preparación, recibió la orden de matar a Trotsky. Para entonces el ya era conocido en la casa de los Trotsky. El había sido presentado varios meses antes por su muy poco atractiva novia, Sylvia , una fiel Trotskista de New York, a la que Mornard le había pedido venir a México para vivir con el, después de que ella consiguió un trabajo como asistente de Trotsky.

Sylvia había sido seleccionada casi dos años antes por el servicio secreto soviético, de un grupo American pro-trotskista. después, conforme al plan, Sylvia fue seducida por Mornard en París, donde le fue “casualmente” presentada a Mornard por una mujer editora y agente soviético que se había hecho amiga de Sylvia y que estaba viajando con ella.

La tarde del 21 de Augusto de 1940, Mornard llegó a la casa de Trotsky, saludó a los guardias, les dijo a los guardias que Trotsky lo esperaba y luego entró al estudio. Trotsky empezó a leer un articulo que le había traído Mornard para que lo corrigiera. Mornard se había colocado a espaldas de Trotsky. Entonces Mornard golpeó a Trotsky en la cabeza con un piolet. Trotsky gritó, pero no estaba muerto, aunque el estaba sangrando profusamente. Sus guardias corrieron inmediatamente a rescatarlo.

Antes de entrar a la casa de Trotsky, Mornard sabía que el probablemente no podría salir de la casa después del asesinato. Aunque el tenía algunas dudas, el pensó que este podría ser su momento de gloria. Kotov, que ahora se presentaba en México como Tom, y Caridad lo estaban esperándolo afuera para llevarlo a tomar una avión que lo llevaría a Cuba.

Unos días después Trotsky murió y Mornard fue severamente y violentamente interrogado.¿Cuales eran sus motivos? ¿Quien era su organización? ¿Quien lo había financiado? ¿Quien estaba atrás de este crimen? El no contestó ninguna pregunta. Después fue juzgado y enviado a prisión por veinte años. Durante todos esos años, el nunca habló sobre su verdadera identidad o reveló quien lo había enviado a asesinar a Trotsky.

Veinte años después

Después de dejar la prisión, Mercader viajó a Veracruz para tomar un barco y regresar a Moscú, donde a el se le dio un nuevo nombre—Jaime Lopez Pablovich—y fue condecorado en privado con las medallas de mas alto grado y también recibió un apartamento privilegiado para el, su esposa Roquelia y sus dos hijos. Sin embargo, se le prohibió nunca hablar sobre su misión en México.

Viviendo en este apartamento proporcionado por el gobierno, Mornard se sintió aislado, socializaba solamente con su hermano Luis y antiguos camaradas Republicanos y con su antiguo mentor, Kotov, el agente que fue el primero que le dijo que el era su hombre—el que iba a hacer el trabajo. Kotov le había dicho a el que el iba a ser un héroe. El comunismo internacional siempre estaría agradecido con el por salvar a la Revolución de Octubre de Trotsky y el fascismo.

En Moscú, Kotov había sido promovido a general por el mismo Stalin después de su exitosa misión en México. Ahora de regreso en Moscú Kotov era conocido como Leonid Eitington. No obstante, unos años después el fue acusado de participar un complot y sentenciado a doce años en prisión, pero fue liberado por Beria, su jefe anterior y uno de los hombres de Stalin. Desafortunadamente para el, como le cuenta ahora a Lopez Pablovich, Beria también fue juzgado y eliminado por un complot para matar a Stalin, y Kotov fue apresado nuevamente por Stalin varios. Y después finalmente liberado por Jruschev, que le regresó su grado de general pero no le regresó sus medallas. A Eitington también se le asignó un apartamento pero sin un baño personal en un desarrollo urbano con edificios masivos, que como el mismo los describe a Lopez, “no fueron construidos con cemento sino con odio.” Ahora que Eitington se reúne otra vez con Mecader en Moscú veinticinco años después de la operación «pato», el se ha convertido en un cínico y vive la vida de la mejor manera que puede.

Después de largas caminatas, pláticas, y copas en Moscú, Mercader le pide a Eitington una explicación y que le diga la verdad sobre los motivos reales y los métodos de los soviéticos que respaldaron a las fuerzas Republicanas en Barcelona. También le preguntó sobre los verdaderos motivos de su misión en México.

Con las respuestas que recibe, Mercader siente que el fue usado por los soviéticos y que todas esas historias de terror sobre el mismo sistema que el ayudó a crear en la Unión Soviética sobre las que el ya había leído, cuando estuvo todos esos años en prisión, en periódicos Franceses, Ingleses y Mexicanos. Todas las historias eran ciertas. Las mentiras y el terror fueron usadas para imponer una utopía de 70 años, tratando de alcanzar una sociedad socialista justa e igualitaria.

Ramón Mercader en Cuba

De alguna manera Mornard obtuvo un permiso para moverse a Cuba bajo el nombre de Jaime Lopez con la condición de que se estuviera quieto.  Antes de partir de Moscú, el recibió un reloj de oro de sus camaradas de la KGB. Cuando llegó a Cuba, el empezó a sentirse mal pero los doctores en Moscú no sabían porque el estaba enfermo. Los doctores Cubanos detectaron cáncer.

El Hombre que Amaba los Perros

Ahora el sabía que el iba a morir y pasaba parte de sus días caminando en la playa cerca de La Havana con sus perros, dos magníficos galgos rusos Borzois.

Ivan es un Cubano que atiende una muy modesta tienda veterinaria en La Havana. Sus años como editor de artículos dedicados a asuntos veterinarios le habían dado a ciertos conocimientos que le permitían asistir a los clientes con la salud de sus animales. El también había leído mucho sobre perros y le gustaban mucho. Un día Ivan fue a caminar a la playa y se encontró dos magníficos Boroiz jugando cerca de su dueño y a cierta distancia de un hombre alto, negro y delgado que no perdía de vista al hombre y a sus perros.

Ivan, un sería-yo-escritor, había trabajado algunos años trabajando duro como editor para una revista veterinaria en La Havana. Pero antes ya había sido considerado como alguien que necesitaba ser reeducado en los principios socialistas.  Su desafortunada situación se inició cuando era estudiante universitario y expresó sus opiniones al cuerpo académico de la facultad de veterinaria, sobre dos estudiantes homosexuales que habían sido expulsados. Algunos años después, también respaldó a su hermano que era gay, que después desapareció con su pareja en el mar cuando trataban de escapar a Florida.

Después de encontrarse casualmente varias veces en la misma playa y hablar sobre como a los dos les gustaban los perros de Lopez, Ivan conocía a Lopez como “el hombre que ama los perros.” López se sentía cómodo con este hombre Ivan, a quien probablemente el había investigado previamente, y para el este hombre era un escritor tratando de sobrevivir en la isla. Pensaba que Ivan era confiable y le empezó a contar una historia que el creía que debía ser contada, pero Ramón Mercader murió en La Habana Cuba en 1978 con el nombre de Jaime Lopez Pavolvich.

Muchos años después, en los 1990s, Ivan había estado investigando sobre Trotsky y a su asesino Mornard y empezó a escribir su historia. Una noche Ivan fue inesperadamente visitado por el hombre negro alto y flaco que había sido el chófer de Jaime Lopez, su guardia y también su espía. De alguna manera el se enteró que Ivan estaba escribiendo un libro sobre Lopez. El hombre negro traía varios sobres grandes de papel que contenían numerosas notas escritas por López antes de morir, que le había pedido al hombre negro que se los entregara a Ivan.

Antes de que el hombre negro se fuera, se acordó que Eitingon le dijo que el estaba seguro de que agentes de Moscú habían envenenado a Mornard con radiación de talio activado fundido en el reloj de oro que recibió como regalo de sus camaradas de la KGB antes de partir de Moscú.

Ivan sabía que el hombre negro había leído las notas que estaban adentro de los sobres. El también sabía porque le había tomado tanto al hombre negro alto y flaco entregar aquellas notas. El hombre negro tenía miedo -la misma razón por la que le había tomado tanto tiempo al mismo Ivan empezar a escribir la historia de López. Ivan también había tenido mucho miedo todos esos años.

El autor del libro cuenta que para escribir esta novela se inspiró después de visitar La Casa de Trotsky en Coyoacan, Ciudad de México.

 

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